lunes, 24 de diciembre de 2007

LA FAMILIA

Era un hogar como cualquier otro. La única diferencia era que los padres eran muy jóvenes y no tenían la experiencia suficiente para guiar su destino. Sus hijos, que apenas si estaban aprendiendo a caminar, no sabían exactamente que ejemplo tomar, pues lo único que conocían era su propia familia, y ésta no era perfecta.

Y a pesar de que sabían que en sus manos estaba el futuro de esos niños inocentes, no sabían cómo actuar. Aquellos que ya habían descubierto el mejor camino para vivir a plenitud vivían muy lejos, y tal vez nunca podrían conocerlos. Tal vez estaban muy cerca, pero sabían que el camino tenía que ser descubierto por ellos mismos y no deberían intervenir en sus decisiones.

Y como en todas las familias, se tomaban decisiones equivocadas. Sus hijos no siempre estaban contentos con los regaños, y no siempre compartían los gustos de los demás. Pero eran hermanos y vivían en el mismo lugar.

En ese pequeño punto azul perdido en un infinito espacio habitado por las demás familias del vecindario.

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